jueves, 22 de noviembre de 2012

La dominicana Mina Lora da la voz al pueblo a través del teatro popular

Nueva York
Un teatro para el pueblo y por el pueblo, que permite denunciar problemas que les afectan y concienciar sobre sus soluciones es lo que ha logrado la directora Mina Lora en la comunidad del norte de Manhattan en Nueva York.
"Tengo mucha pasión, es mi vida, es lo que quiero hacer por el resto de mi vida, ayudar, es un compromiso social", dijo a Efe la cofundadora de la entidad sin ánimo de lucro "Teatro para el pueblo".
Desde diciembre de 2008, el teatro ha sido una voz para los residentes del Alto Manhattan, el mayor hogar de la comunidad dominicana en EE.UU., donde también vive Lora, para denunciar problemas como el acoso escolar, abuso policial o la falta de calefacción o de reparaciones en los edificios de apartamentos.
"Este es el teatro más bello, el de verdad. Es decirles (a la comunidad) 'ustedes no están solos'", afirmó Lora, quien también ha estado dando clases sobre el escritor británico William Shakespeare en escuelas públicas de ese vecindario, cuyos residentes han tomado los escenarios de teatros, escuelas o centros culturales para presentar obras que ellos también escriben.
Explicó que "Teatro para el pueblo" representa anualmente y de manera gratuita una decena de obras en español, en las que trabaja tanto con niños, adolescentes, adultos y ancianos.
"Cuando vamos a hacer una obra lo dejamos saber en la comunidad y no sabemos de qué será hasta que no nos reunimos. Preguntamos quién tiene una historia que contar. Los jóvenes han hablado de los abusos policiales que han vivido, de su práctica de detener y requisar en la calle, del Dream Act o de no poder pagar la universidad", indicó.
"Con los niños de ser activos, saludables, y con los adultos de las deportaciones, de la residencia y ciudadanía, entre otros temas que afectan a la comunidad", explicó la directora y actriz.
Posteriormente, se reúnen para escribir las historias y preparan la obra en un periodo de diez semanas, bajo la supervisión de Lora y su esposo, el también actor Bob Braswell, con quien fundó este teatro popular, que se nutre de dinero de fundaciones y fondos públicos, tanto locales como federales y donaciones.
Al finalizar la obra se dialoga con el público sobre el tema para buscar soluciones al problema y se le invita a integrarse y sustituir a uno de los actores, para, de esa forma, exponer su opinión y se repiten las escenas.
"Cuando decimos teatro del pueblo, es del pueblo, no es que yo tenga una idea y busco gente que la haga. Lo que quiero es darle la oportunidad al pueblo a que diga lo que quiera decir. Aquí hay gente ligada a la rama de la salud, estudiantes, empleados de restaurantes o fábricas o mujeres de negocios", señaló.
Esta dominicana, que se trasladó a Nueva York para continuar sus estudios universitarios, dijo a Efe que ha concentrado su trabajo en el Alto Manhattan porque "es una comunidad con gente talentosa pero sin oportunidades en las artes porque no hay programas gratis para ellos".
"También, como dominicana, me siento en casa. Me pareció que no hay mejor sitio para hacerlo", dijo Lora, que aseguró que el teatro es la mejor arma para llevar arte y educar a la comunidad.
"Nunca he visto otra rama del arte que mantenga a la comunidad tan unida como el teatro, porque obligatoriamente tenemos que dialogar, que crear ese sentido de comunión y como latinos, somos muy expresivos", indicó Lora, que comenzó a actuar en su país desde que era una niña.
Recordó que "Teatro para el pueblo" nació de su tesis de estudios de paz y solución de conflictos para la Manhattanville College en Nueva York: "Fue la forma de combinar mis dos pasiones: el activismo comunitario y la actuación".
Un ejemplo de la participación ciudadana es María Aristi, de 63 años, que está con el grupo de teatro desde su fundación y dijo a Efe que el poder contar en una de las obras en las que participó una experiencia "bien triste" que tuvo que vivir le sirvió como "una forma de liberarse, como una cura".
"No podía hablar de eso porque lloraba. Fue apoteósico y puedo decir que me curé", aseguró esta actriz, quien dijo que desde entonces le ha gustado la actuación porque la relaja y le permite olvidarse de todos los problemas.

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